Muchas son las dietas que aparecen en el periodo de Verano.
Estas dietas o métodos, prometen resultados impresionantes, rápidos, comiendo de todo y sin esfuerzo, pero la verdadera realidad es que producen más daño que beneficios.
Dietas de estas características, como la famosa dieta de Dukan, no son más que dietas hiper-proteicas o cetogénicas, desequilibradas por naturaleza.
La base de este tipo de dietas es eximir al organismo de hidratos de carbono casi en su totalidad. Hay que recordar que los hidratos de carbono hay que aportarlos diariamente en un porcentaje próximo al 55% del total energético con el objetivo de mantener todas las constantes vitales funcionando de forma adecuada. Eliminar este macronutriente de la dieta supone una pérdida de peso potente, debido a la pérdida de masa muscular y agua, es decir, nos desnutrimos. Además, después de esta pérdida de peso tan fuerte, el organismo, que es inteligente, tiende a recuperarlo de una forma aún más potente, igualando finalmente el peso original e incluso superándolo.
Las dietas tipo Dukan producen un aumento de cuerpos cetónicos en sangre, producto que es neurotóxico. Además se produce un incremento alarmante de otros productos tóxicos como el amonio, que pueden degenerar la funcionalidad hepática, renal, intenstinal, pancreática, cerebral, y un largo etcétera. Produce un aumento de riesgos cardio-vasculares, estreñimiento, aumento de dolencias hepáticas, algunas de ellas graves.
Por ello, y a pesar de la gran presión de marketing, es aconsejable no caer en las redes de este tipo de dietas comerciales, desequilibradas, peligrosas y desaconsejadas por todo el sector médico.
Resumiendo: Dieta Cetogénica 0, Dieta equilibrada 10.
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